Crónica de una visita (y dos)

Lo habíamos dejado en la comida. Antes de llegar al Ni Neu hubo tiempo para enseñar una de las banderas de la vida donostiarra: la cultura del pintxo. Pero lo justo, para no llenarse y para tampoco restregarnos en el tópico. A lo largo de este paseo hubo más encuentros, algunos explicativos, con contenido de programa, y otros que nuevamente apelaban a lo poético. Entre ellos, uno muy bonito a las puertas de San Telmo: el reencuentro con Eli, la niña que nos acompañó a Madrid en septiembre a defender el proyecto.
La comida en Ni Neu también se planteó de una manera que remitiese a la forma en que hemos entendido nuestra propuesta de Capitalidad. Juntamos a muchos de los actores culturales que han participado en el proyecto, mezclando y agitándolos mucho, y situando a cada miembro del jurado en una mesa distinta. Tenía su riesgo, claro, pero confiamos en que de estas mezclas surgiesen conversaciones distintas e interesantes, que el caos acabase tomando forma en una idea general de la gente que participa de este proyecto. Y, creemos, salió bien.
Por la tarde, tras la reunión con Bildu que el propio jurado solicitó y que les privó de la hora y pico de descanso que estaba programada, se montaron en un helicóptero que EITB puso a su disposición, fruto del convenio que Donostia 2016 tiene firmado con ellos. Aunque a estas alturas ya nos habíamos olvidado de la perra lluvia, volvimos a lamentar la mala suerte de que no coincidiese una tarde de esas brillantes. El viaje lo merecía: un recorrido aéreo por gran parte del territorio al que Donostia 2016 se dirige. No llegó a abarcar tanto como ese euroterritorio que imaginamos, desde Bilbao a Burdeos, pero sí que vieron Getaria, Zumaia, se bajó hasta Tolosa, se sobrevoló con detalle Pasaia...


Quedaba ya la recta final, el encuentro en el Palacio de Aiete-Casa de la Paz con diversas organizaciones que conforman el "Semillero de Paz". No os voy a explicar ahora la idea de "Cultura para la convivencia", no es el propósito de este blog, pero os podéis imaginar que, siendo ese el pilar fundamental de la propuesta, este momento fuese importante. Tras ello, y atender brevemente a los medios, quedaba ya solo el relax, para el cual el cielo acabó echándonos un giño y, por fin, dejó de llover. Para qué engañaros, pese al frío, se estaba de lujo. Un picnic en el jardín del Palacio, justo encima de la Casa de Cultura, con los jóvenes del Coro Easo cantando a Mikel Laboa, con el sutil piano de Joserra Senperena...
Con el autobús de DBus esperando en la puerta, ya cerca de las 9 de la noche, termina esta crónica que ignoro si es demasiado detallada o ha pecado de generalista. De la misma manera, ignoramos si las agradabilísimas palabras que el jurado nos dedicó ante los medios eran cortesía, pero una cosa sí aprecié nada más terminar, y ayer durante todo el día: la sensación, dentro de la oficina, de haber sido fieles a nosotros mismos, de haber podido plasmar un discurso coherente.
Y que viva la lluvia.
PD: por supuesto, a tod*s los que han ayudado y participado en esta visita: GRACIAS. Mañana me dedicaré expresamente a vosotr*s :)

 

posted by Backstage on 4:08

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